El elogio de la locura de Jeanne de Petriconi
Jeanne de Petriconi es una artista francesa que vive a caballo entre España y Francia. Sus obras son principalmente esculturas e instalaciones, aunque el grabado, el dibujo o la fotografía forman parte de su producción. Hasta el 10 de marzo podemos ver en la galería Gurriarán “Éloge de la folie”, una exposición en la que nos muestra su última serie escultórica.
La obra de Jeanne de Petriconi se compone de formas sugestivas que cambian a medida que las observamos. No es una escultura pesada o monolítica; a pesar de ser objetos inmóviles, son obras dinámicas gracias a los matices de la materia y a la luz. Explica la artista: “No son piezas explícitas y, sin embargo, evocan todas las influencias que me han llevado a crearlas".
Jeanne (Bastia, Francia, 1982) explica su acercamiento a la escultura así: “Mi primer contacto con el volumen tuvo lugar mientras estudiaba Bellas Artes en Avignon, y en un principio me provocaba tanto respeto como atracción. Más tarde, en la ENSAD de París, la escultora Élisabeth Ballet fue una gran influencia, que me incitó finalmente a comenzar a trabajar el volumen. Empecé a pensar en tres dimensiones y dejé de ponerme límites para marcarme desafíos. Veo tantas posibilidades en el trabajo con el volumen que, para mí, es un campo ilimitado”.
Las influencias de la artista francesa se encuentran en vivencias y sensaciones experimentadas en primera persona: “Siempre he vivido muy cerca de la naturaleza, la he observado mucho, sus texturas, sus cambios de luz. Los medios naturales son mi ambiente por excelencia: la tierra y árboles del bosque pero también el mar, en el que buceo cuando puedo, o incluso el aire, al que me lanzo en parapente en cuanto consigo algún cómplice. Todo esto me proporciona una visión global de la naturaleza que me influye mucho a la hora de crear”.
El origen de las piezas de Éloge de la folie –en español, Elogio de la locura- es una investigación artística que Petriconi comenzó con la pieza En contre-plongée, la mer durante su estancia en la Casa Velázquez. Esta obra surgió por la influencia de la arquitectura madrileña de Críspulo Moro Cabeza, en concreto, la cúpula de un edificio cerca del Retiro: “Me fijo mucho en los tejados; con frecuencia me sugieren caparazones o pieles. También es cierto que los arquitectos se basan insistentemente en la naturaleza”.
La influencia arquitectónica de la obra de Petriconi tiene su raíz en las formas naturales que, a su vez, han sido referencias para estructuras arquitectónicas. Pone como ejemplo las acuarelas de diatomeas -organismos marinos unicelulares- pintadas por el biólogo del siglo XIX Ernst Haeckel, que inspiraron al movimiento arquitectónico del Art Nouveau francés de principios de siglo XX; o las fotografías de plantas del decimonónico botanista Karl Blossfeldt, a las que dotó de extrañas cualidades escultóricas y arquitectónicas y, que han influido en algunas de las piezas de Jeanne, con reminiscencias vegetales.
Por otra parte, en esa búsqueda de referencias naturales en arquitecturas y proyectos científicos, Jeanne dio con la obra de El Bosco El Jardín de las Delicias, que supuso otro pilar en su proceso creativo: “He ido desarrollando esta serie basándome en el Jardín de las Delicias, observándolo detenidamente y fijándome en formas y colores que no son los que más pueden llamar la atención en un primer momento”. Gracias al tríptico de El Bosco, muchas de las obras de la artista también dejan ver formas afrutadas y colores vivos e intensos. El título de la exposición viene de la convergencia de ideas entre el artista de El jardín de las Delicias y el discurso de Erasmo de Róterdam.
Pero, ¿cómo unir arquitectura, biología, botánica y El Jardín de las Delicias? Jeanne hila perfectamente todos estos elementos en sus piezas. La arquitectura está relacionada con la biología y la botánica, y la botánica está presente en la obra de El Bosco. Así nacen las piezas de Éloge de la Folie.
En estas piezas, Jeanne apuesta por dobles juegos: madera que evoca el metal, opacidades y transparencias, positivos y negativos... Utiliza madera, tablero md y pvc. A Petriconi le interesaba seguir experimentando con el pvc, que por momentos parece ser tan frágil como el cristal y que, sin embargo, es mucho más resistente, ligero y manejable, y aporta curiosos juegos de luz y transparencias tan delicadas como el vidrio, material que tampoco descarta utilizar en el futuro: “Me gusta explorar nuevos materiales, pero no me dejo seducir por la materia. Primero desarrollo mi propuesta, a través de investigaciones, lecturas, análisis de obras, dibujos, bocetos... y después encuentro el elemento que mejor expresa lo que quiero transmitir". En efecto, Petriconi ha utilizado a lo largo de su carrera materiales tan variopintos como aluminio, pelo sintético, plumas o material de construcción. Y cada uno de ellos ha aportado algo a su obra, ha completado el sentido de sus piezas.
Para esta serie, la artista ha realizado fotografías por primera vez y la experiencia ha resultado muy interesante: “Pienso la escultura como un objeto independiente y no suelo colgar mi trabajo. Sin embargo, para esta exposición, imaginé colgar algunas de las piezas y añadir grabados, y pensé que la fotografía podía dialogar perfectamente con el conjunto. Es la primera vez que uso la fotografía y creo que la volveré a usar en función de los proyectos”.
El cineasta Guillermo G. Peydró está trabajando en una pieza audiovisual, un acercamiento cinematográfico en torno a esta nueva serie Éloge de la folie. Ya lo hizo con la escultura Architectomie#1, que se expuso en CentroCentro en 2014, y adelanta Petriconi: “La pieza visual resultante de aquel encuentro se proyectará muy pronto en uno de los más importantes festivales de cine sobre arte del mundo. No se trata de un documental tradicional. Es una exploración de lo que el cine puede aportar a la escultura, dos medios complementarios a la suficiente distancia como para permitir o provocar un amplio espacio de diálogo (la tridimensionalidad contra la bidimensionalidad, lo estático frente a lo dinámico, lo sólido frente a lo etéreo hecho de luz o de datos digitales), y plasma la interacción de la obra con el público y el espacio".
Jeanne está preparando otras exposiciones individuales en Canadá, Córcega y está realizando una escultura-instalación, por la que le ha sido otorgado el Premio de Arte Contemporáneo Campos Clinicae en su tercera edición, y que presentará en Vigo a principios de abril.
También está pensando en su siguiente serie de esculturas, pero no desvela nada: “Todavía tengo que investigar y durante esa fase se abren muchas puertas a otros materiales y posibilidades...”.