Javier Viver: “Hay relación entre los procesos de la locura y los de la creación”
Javier Viver (Madrid, 1971) es un artista multidisciplinar que ha publicado "Révélations, Iconographie de la Salpetrière. Paris 1875-1918" (RM), un fotolibro donde se exponen de forma narrativa imágenes de uno de los primeros archivos fotográficos psiquiátricos. Con "Révélations" Viver ha ganado el premio al mejor libro de arte, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Eres escultor, fotógrafo, diseñador y editor. ¿Te sientes más cómodo en alguna de estas disciplinas?
Me gusta trabajar con distintos medios y cuando no sé de un medio, pregunto. Es como hacer cine, no tienes que saber hacer de todo, puedes confiar el guión a alguien, trabajar con un buen director de fotografía; y al final el director es el que consigue esa unidad.
¿Has realizado algún trabajo que agrupe todas las disciplinas que manejas?
¿La idea del arte total?... Bueno, acabamos de hacer una capilla en la que hay fotografía de David Jiménez y Alejandro Marote, diseño de muebles y objetos, imágenes escultóricas, pintura y posiblemente en la inauguración hagamos música, así que podría ser ese arte total.
Trabajas con conceptos como lo invisible, la imaginería y la iconoclastia, ¿condicionan estos temas todos tus proyectos?
Más que condicionar, creo que me abren caminos muy dinámicos. Yo me gano la vida como imaginero y lo digo muy a gusto porque me parece que aporta algo importante a mi trabajo que tiene que ver con la comunicación y el servicio que, pienso, son claves en la actualidad. Creo importante la dimensión del artista imaginero: que vuelva a comunicar y que haga, en el sentido barroco, imágenes de culto que conecten con el público. Por ejemplo, esto ocurre en fotolibros como The Afronauts; son imágenes que conectan con la gente rápidamente, por esto me interesa también el fotolibro como un formato muy democrático. También es decisivo que el artista recupere su condición de cuentista, es decir, persona que cuenta historias; si echamos la vista atrás, todas las piezas artísticas contaban una historia de dominio público: una fábula, un mito, un hecho histórico o religioso... lo autorreferencial ha tomado demasiado protagonismo.
El Barroco parece una clara influencia en tu producción, ¿qué otros referentes tienes?
El Barroco permite congeniar la alta cultura con la cultura popular, una obra debe mantener niveles de lectura que permitan acoger a todo el mundo. Por otra parte, estoy muy ligado a la tradición española, a la generación del 27, a poetas como Lorca y el cineasta Val del Omar con un planteamiento poético muy intenso ligado a la mística, y la mística en España está ligada a la mástica, a lo material. Esto tiene que ver con mi idea del arte: mi recorrido artístico ha consistido en recuperar esa realidad concreta que aparece de lo extraordinario. El punto de equilibrio es mantener un discurso conceptual intenso y, a la vez, un plano de lectura muy accesible.
Tus primeros proyectos artísticos dialogaban con el espacio mediante arquitecturas efímeras, después realizaste la serie _The Celebrities_ que habla sobre el narcisismo; y de repente surge Révélations, algo totalmente nuevo y que rompe con todo lo anterior, ¿cómo es este proceso?
Quizás lo más conocido al comienzo de mi carrera fueron proyectos de arquitectura efímera, pero desde siempre he estado haciendo figuración y abstracción, para mí son caminos paralelos, distintas formas de acceder a lo que no vemos porque, como artista, si algo puedo mostrar es lo que no se ve. Estos conceptos fueron tomando cada vez más importancia en mi discurso, llegando a una pieza clave en mi producción, que son esos narcisos de "Celebrities" donde hay un planteamiento de estado de la cuestión sobre la autorreferencialidad y la pérdida del rostro del artista contemporáneo, su soledad y falta de comunicación. A partir de ahí surgen proyectos imagineros. Se puede decir que Révélations es un proyecto de imaginería.
¿Cómo surge Révélations?
En 2012 empecé a consultar archivos sobre la locura, porque me parece que hay relación entre los procesos de la locura y los de la creación, ambos circulan por planteamientos que no tienen que ver con lo racional, situaciones de crisis en las que se desvela un conocimiento muy puro. Ese es el punto de partida del proyecto. En el archivo de La Salpêtrière encontré todo lo que estaba buscando. Hablé con Horacio Fernández, le conté el proyecto y desde el principio me ayudó a ponerlo en el formato propio de un libro. A la vez, entré en contacto con Gonzalo Golpe, otra persona clave en este libro, que me ayudó a solucionar temas de edición y a darle ritmo de lectura al libro.
¿Cómo encuentras un hilo narrativo entre las fotografías científicas y documentales?
Inicialmente utilicé una caja de resonancia, que es la historia del arte. Se me hace muy difícil entender una pieza contemporánea sin entender todos los referentes que hay detrás y cuando empecé a ver las imágenes del archivo de La Salpêtrière me di cuenta de que todas las poses de las fotografías tenían referencias en la historia del arte. Enseguida entreví que se podía articular un libro que tuviera como hilo de conductor todas esas secuencias de imágenes y de historias que puedes encontrar en un museo como el del Prado. Establece referencias que tenemos todos y por eso mismo permite la comunicación. Pero el libro es autónomo y abierto a múltiples interpretaciones. Posiblemente el libro tendrá lecturas muy distintas en unos años, pero me parece que es importante crear la pieza. En muchos casos no eres consciente de todas las conexiones que produce y yo estoy aprendiendo mucho con estas interpretaciones del libro. En ese momento es cuando creo que se produce una pieza interesante.
¿Hay posibilidad de ver Révélations en un espacio expositivo?
Antes de sacar el libro hice una edición de diez cajas para ver cómo podía funcionar el libro. Luego lo publicamos. Y ahora estoy hablando con algunas instituciones para ver si es posible realizar una exposición, como si se tratara de un Archivo de lo Inclasificable.
¿Qué supone ganar el Premio al mejor libro de arte otorgado por el Ministerio de Cultura y Deporte?
El libro llevaba tres años esperando hasta que ha sido publicado. Y ahora se agota en unos meses y le dan varios premios y nominaciones. Me parece que es importante relativizar el éxito y el fracaso. Lo importante es el trabajo con una cierta independencia de los resultados. Pero todos necesitamos reconocimientos. En este caso además supone un reconocimiento al fotolibro como disciplina artística y no sólo como documento de otra realidad. Este movimiento en torno al fotolibro, en España, ha producido piezas memorables.
¿En qué proyectos estás trabajando ahora?
Estoy trabajando con el Museo Universidad de Navarra, con Rafael Levenfeld y Javier Vallhonrat, para hacer un libro y una exposición sobre una medusa que es biológicamente inmortal. Es un libro circular, como el ciclo de la medusa, y abre el debate sobre la pretensión moderna de llegar a ser inmortales.
