Madriz / Ideas y Entrevistas 13 de February 2018 por Nicola Mariani Tweet · Share

El libro como material artístico

Alicia Martín acaba de inaugurar Archivo 113 en el marco del programa "Reinterpretada" del Museo Lázaro Galdiano. La artista cuenta las propuestas que  ha desarrollado en esta exposición y habla del libro como  objeto de poder y material artístico.

Hasta el próximo 6 de mayo podrá verse, en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, la exposición “Archivo 113” de Alicia Martín (1964). Conocida, tanto en España como a nivel internacional, por su original lenguaje creativo, esta artista madrileña lleva más de dos décadas utilizando los libros como una materia prima plástica, que manipula, acumula, pliega, taladra y atornilla para realizar obras que son, a menudo, autenticas bibliotecas vivas. Obras que enfatizan el carácter dinámico y universal de la cultura, su capacidad de superar las barreras geográficas y cronológicas, combinando un potente impacto visual con una marcada dimensión conceptual.

Las obras de Alicia Martín -sean monumentales instalaciones efímeras a pie de calle o sean esculturas, collages, fotografías o videos- pretenden debatir sobre el carácter convencional del conocimiento y sobre la supuesta inamovilidad de los significados compartidos. Como afirma ella misma, en la entrevista que se puede leer a continuación, su trabajo "es una invitación tanto a plantearse otros órdenes distintos al establecido, como a ver lo establecido desde otro punto de vista".

Comisariada por Carmen Espinosa, conservadora jefe del Museo Lázaro Galdiano, “Archivo 113” constituye la cuarta cita del ciclo expositivo Reinterpretada, que coordina Rafael Doctor Roncero y que propone al público una relectura de la colección del museo desde una perspectiva artística contemporánea. La participación de Alicia Martín sigue a la de otros tres destacados artista españoles, que, desde el año 2014, han abordado la misma tarea: Enrique Marty, Santiago Ydáñez y Jorge Galindo.

En esta entrevista hablamos con Alicia del planteamiento de su personal diálogo con las obras de la colección Lázaro Galdiano, de las ideas de fondo que marcan las líneas generales de su propuesta (archivo, retrato, espacio inmaterial y equilibrio), de libros invisibilizados y mucho más…

"Archivo 113" hace referencia a un momento concreto de la historia del Museo Lázaro Galdiano. ¿Cómo nació el proyecto y cuál es el trasfondo teórico, por así decirlo, de la muestra?

El proyecto nace de la invitación de Rafael Doctor a participar en Reinterpretada IV. Mi intención, al acercarme a la propuesta, ha sido la de tomar la casa museo como un todo, con las obras/objetos tal y como se presentan. No quería reproducir ni sustituir, la intención ha sido la de subrayar aspectos como la idea de archivo, la idea de equilibrio entre la acumulación de objetos y la posibilidad de encontrar espacios revisando la museografía. El título hace referencia al inventario de los objetos que fueron devueltos a José Lázaro Galdiano finalizada la Guerra Civil Española.

¿Cómo planteaste tu acercamiento artístico a la colección del museo y cómo elegiste en concreto las obras con las que dialogar?

Los objetos seleccionados del museo son los que marcan las líneas generales de la propuesta. Son aquellos que tienen que ver, por un lado, con la idea de archivo, como el cuadro atribuido a Goya, "Procesión de disciplinantes", que está en equilibrio con el índice de los libros prohibidos por la Inquisición, que es un archivo de libros que han sido invisibilizados, y que es el contrapunto de "Anónimos", la escultura situada en el Salón de baile, otro archivo de libros donados. Por otro lado, con la idea de retrato, presente tanto en el cuadro "El Salvador Adolescente" -obra de la exposición, que es doblemente ambigua: por la autoría y por las interpretaciones contradictorias que se han dado de la imagen- como en la serie "Retrato de artista". La idea de espacio inmaterial está tanto en la representación del espacio interior de los objetos como en el acto de completar los huecos, como es el caso de la escultura del Niño de Pasión, al que le faltan la calavera y la mano. Por último, la idea de equilibrio, constante en toda la exposición, pero que se concreta en "Silla de biblioteca", un objeto cotidiano de la casa de Lázaro que está suspendida desde la barandilla de la segunda planta, y en "Apéndices", esculturas dispuestas en las vitrinas de las espadas.

El tema de la ordenación y transmisión de la cultura universal es algo que siempre ha estado presente en tus propuestas artísticas. ¿Crees que se podría decir que tu obra es una labor de “desorden intencional” de los archivos y las bibliotecas para invitar el espectador a cuestionar libremente los significados aparentemente inamovibles del conocimiento?

Sí. Es una invitación tanto a plantearse otros órdenes distintos al establecido, como a ver lo establecido desde otro punto de vista.

En la exposición está presente también el tema de la identidad y de su percepción en la época contemporánea. En la serie "Retrato de artista", que acabas de mencionar, por ejemplo, tus obras dialogan en el museo con cuadros de retratos tradicionales coleccionados por José Lázaro. ¿En qué consiste concretamente esta serie y cómo planteaste dicho diálogo?

Los collages que se presentan en el Museo Lázaro Galdiano ha sido producida para la exposición. Son catálogos de colecciones transformados en un volumen compacto a través del gesto brusco de plegarlos y atornillarlos sobre sí mismos. Son una colección de colecciones que hace referencia a la acumulación de los objetos del museo, al proceso de ejecución, a lo global anónimo frente a lo particular del retratado. Se ha colocado un collage en cada planta.

"Monólogo" es otra serie que se puede ver en la exposición. Este conjunto fotográfico ha sido interpretado como una metáfora de nuestra época; una época en la que las imágenes y la cultura visual parecen ir suplantando poco a poco la cultura de la escritura. ¿Es, en este sentido, la tuya una postura crítica hacia la que Giovanni Sartori definió como la sociedad del Homo videns?

No, esta apreciación a la que te refieres es de la comisaria Carmen Espinosa. Es una posible interpretación. Sin embargo, "Monólogo" hace referencia a una postura íntima de ruptura, de cambio interior. Las manos son de una mujer mayor y la localización de estas fotografías dentro del museo es muy adecuada: en la sala de las mujeres frente al retrato de Sofonisba Anguissola.

A veces, para la realización de tus obras, cuentas con convocatorias abiertas para que el público, empresas privadas o instituciones donen libros que utilizarás como materia prima de la pieza. A propósito de este aspecto participativo, hace unos años me contaste que la reacción de la gente es bastante imprevisible y que en cada lugar surgen procesos y reacciones distintas. Me comentaste que, por ejemplo, en México hubo gente que llegaba con sus libros y los dejaba en la escultura a modo de ofrenda. ¿Me podrías hablar un poco más de este aspecto de tu trabajo?

Este aspecto participativo hace que en la construcción de la escultura surjan momentos encontrados que marcan la experiencia, tanto en el proceso de la cesión de libros como en la gente que participa en la construcción. Este aspecto es determinante en el proceso de construcción pero no en el proceso creativo.

Para la realización de "Archivo 113" también se hizo una convocatoria pública. ¿Cómo se ha desarrollado el proceso en esta ocasión y cómo ha respondido la ciudadanía de Madrid?

Eva Riaño, responsable de comunicación y prensa del Museo Lázaro Galdiano, ha hecho una labor impecable y la convocatoria ha sido un éxito. Hemos recibido libros de todo tipo de disciplinas y tamaños, tanto de bibliotecas y entidades públicas y privadas, como donaciones particulares.

Otra cosa interesante que me comentaste hace unos años es el paralelismo que tú ves entre tus esculturas y la lectura de un libro. Me dijiste (cito textualmente): “La escultura ‘real’ es la sensación que ha quedado en cada una de las personas y en la manera de recordarla, pensarla, contarla”. Y añadiste: “Una vez que se desmontan sólo queda en la memoria del que las ha vivido. Como cuando se lee un libro”. Si la verdadera obra es el recuerdo que uno guarda de ella, en definitiva estamos hablando de una componente conceptual fundamental en tu trabajo. ¿O no?

Sí, lo es. En las propuestas que realizo siempre parto de una idea.

Dijo una vez Umberto Eco que el libro es un objeto perfecto y es precisamente por ello que no desaparecerá nunca. Es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras: una vez inventados, es imposible mejorarlos. Pueden superponerse al libro nuevos dispositivos electrónicos, pero éstos nunca llegarán a sustituirlo de forma definitiva. ¿Qué opinas al respecto? ¿Crees que seguirán leyendo libros de papel los hijos de nuestros hijos?

El libro como artefacto o como herramienta, en mi opinión, no desaparecerá. Pero la cuestión es que sigan leyendo, da igual la herramienta.

¿Puedes adelantarnos algo de tus próximos proyectos?

Aplazamos esta conversación para cuando tenga fechas exactas.