¿Cómo viven los artistas en España?
Acaba de publicar, junto a Isidro López Aparicio, un estudio sobre la actividad económica de los artistas en España. Docente en la Universidad de Nebrija y especialista en mercado del arte, Marta Pérez Ibáñez responde a nuestras preguntas sobre las condiciones económicas y profesionales de los artistas españoles.
El pasado mes de febrero se presentó en Madrid el estudio “La Actividad Económica de los/las Artistas en España”. Llevado a cabo por Marta Pérez Ibáñez (profesora de la Universidad Nebrija, especialista en mercado del arte, con experiencia en la dirección de galerías, comisariado y asesoramiento) e Isidro López Aparicio (artista, comisario, activista social y profesor de la Universidad de Granada), este estudio es fruto de una investigación muy exhaustiva sobre las condiciones económicas y profesionales de los artistas españoles. Durante más de dos años, se han recopilado datos cuantitativos sobre una muestra de más de 1.100 artistas, representativos del sector español en su totalidad.
Gracias a este estudio, disponemos hoy en día de una importante fuente primaria, útil para analizar el sector del arte desde la perspectiva del artista; algo pionero en España. Una parte importante de los datos recopilados (que se representan en el volumen con abundantes tablas estadísticas y gráficos de síntesis) está dedicada a la comparación de la situación actual con el periodo anterior a la crisis económica que empezó en 2008 y que, como todos sabemos muy bien, ha conllevado una importante reestructuración del sector del arte. En este sentido, el libro nos ayuda a conocer, de manera más objetiva, cómo ha evolucionado el sector artístico en los últimos años y cómo ha evolucionado en concreto la condición del artista.
De este tema, y de muchos otros abordados en el estudio, he tenido el placer de hablar con la co-autora Marta Pérez Ibáñez. La situación económica en la que se encuentra, en la actualidad, la mayoría de los artistas españoles es bastante complicada. A pesar de todo, siguen siendo ellos y ellas, los artistas y las artistas, con su motivación y con el fruto de su creación, la estructura imprescindible sobre la que se funda -hoy como siempre- el entero sistema del arte.
Entre los datos más significativos que emergen de vuestro estudio hay algunos que hablan de la precariedad económica del artista en España. Casi la mitad de los entrevistados (el 46,9%) declara percibir unos ingresos totales anuales iguales o inferiores al umbral del salario mínimo interprofesional (8.000 euros al año, contabilizando todas sus actividades profesionales, sean o no artísticas). Asimismo, menos del 15% declara que puede vivir solo del arte. ¿Cómo hay que interpretar estas evidencias? ¿Es la vida del artista español una vida de lágrimas y sudor?
Quizá decirlo así puede sonar un tanto catastrofista, ya que sí existen artistas que pueden vivir de su actividad, pero en efecto no es una vida fácil. Y nos consta que este problema no se circunscribe sólo a nuestro país y al momento actual, sino que afecta de forma continua a la creación artística.
La realidad que describe vuestra investigación contrasta bastante con la visión glamurosa y elitista que a veces tenemos del sistema del arte. ¿O no?
En efecto. Después de la semana de ferias en Madrid, o cuando leemos en la prensa que el arte alcanza precios récord en subastas, nos cuesta aterrizar y darnos cuenta de que esas cifras, esos titulares representan una mínima parte del mercado. La gran mayoría de los artistas y las galerías son ajenos a ese glamour.
¿Hay diferencia, en lo que a la condición profesional y económica se refiere, entre artistas hombres y artistas mujeres en España?
La hay, y no es positiva para las mujeres. Si bien en nuestro estudio la cantidad de artistas que han participado es muy pareja, sí hemos visto que los más consagrados, los que pueden vivir de su trabajo, los que perciben ingresos más altos son mayoritariamente hombres. También hemos visto que a edades más maduras, hay más hombres artistas que mujeres, mientras que hay muchas más jóvenes artistas femeninas.
¿Se puede generalizar a nivel internacional la condición del artista español, o es la de nuestro país una excepción?
No es una excepción, la precariedad del artista es, como decimos, general. Pero en España carecemos de ciertas herramientas o plataformas que protegen a los artistas a nivel laboral en su relación con otros agentes del mercado o del sistema del arte.
¿Qué tal lo pasan los artistas españoles afincados en el extranjero?
Una gran parte de los artistas que han participado en nuestro estudio desde fuera de España son jóvenes, muchos aún formándose o ampliando sus estudios, lo que nos habla de una excelente profesionalización de nuestros artistas, y muchos de ellos son mujeres. Otros han visto la posibilidad de enriquecer sus carreras en el extranjero, han encontrado fuera demanda para su trabajo y se afincado en otros países.
Vuestro estudio constituye una importante fuente de datos cuantitativos útiles para analizar el sector del arte desde la perspectiva del artista. ¿Qué panorama habéis encontrado cuando empezasteis el estudio? ¿Existían en España otros estudios parecidos que os han servido de guía o de referencia?
Existían estudios sobre determinados aspectos económicos de las artes plásticas y visuales en nuestro país, pero databan de 2006, 2007. Nosotros vimos que era necesario analizar la situación actual y compararla con el periodo anterior a la crisis, y en eso nos hemos concentrado. Además, nuestra investigación profundiza en aspectos muy concretos de la relación entre los artistas y el mercado, y en ese ámbito creemos que somos pioneros.
En el estudio recabáis información relativa tanto al antes como al después de ese punto de inflexión que ha marcado el estallido de la crisis económica mundial. ¿Cuáles son los cambios más significativos que se han producido en España, dentro del sector del arte, desde el año 2008?
Hemos detectado que, así como han cambiado los modelos de negocio de las galerías, incorporando nuevas estrategias que las permitan mantener su actividad a pesar del descenso en el nivel de ventas, igualmente han cambiado las estrategias utilizadas por los artistas para gestionar sus carreras. El acceso al mercado global, la independencia, la autogestión son primordiales para el artista del siglo XXI.
En las conclusiones del libro trazáis el perfil del artista del siglo XXI: un artista “nuevo”, cada vez más digitalizado y “multitarea”, que en vuestras palabras "está llamado a sentar las bases del sistema del arte del futuro próximo, que ya se ha convertido en un agente más a tener en cuenta, un agente con capacidad de prescribir y de definir nuevas estrategias". ¿Podrías hablarnos un poco más del artista del futuro?
El artista de hoy domina las reglas del branding, controla bien su imagen de marca y sabe qué quiere transmitir y cómo quiere ser percibido. En muchos casos, define también las condiciones en las que quiere trabajar con el mercado. Es raro oír en nuestros días aquello de "necesito un marchante".
¿Cómo está cambiando la relación entre el artista y el mercado? ¿Sigue siendo central, en el mercado del arte, el modelo de negocio de la galería, o éste está destinado a transformarse (o incluso a desaparecer)?
El mercado del arte no desaparecerá nunca. Las galerías ofrecen a los artistas un canal de difusión y promoción mucho más activo que el que ellos pueden conseguir de forma independiente. Además, ante el coleccionista, el hecho de que un artista trabaje con una galería supone un reconocimiento y una legitimación de su trabajo muy importante. Por eso, la labor de las galerías en el mercado del arte es fundamental. Lo que sí se está produciendo, como vemos, son cambios estructurales en el propio concepto de galería, un avance que les permita adaptarse al futuro.
A pesar de todo, los artistas –al igual que en todas las épocas históricas– hoy en día siguen creando y luchando para ganarse un lugar bajo el sol. ¿Qué es lo que emerge de vuestro estudio a propósito de las motivaciones y las aspiraciones de los artistas que trabajan en la actualidad?
Como dice Hans Abbing y como nosotros recordamos en nuestro estudio, el artista necesita crear aunque sepa que difícilmente podrá rentabilizar su trabajo. El artista, con su esfuerzo, sus recursos y su maestría, es la estructura sobre la que se asienta todo el sistema del arte. Por ello, no debemos olvidar que cuanto mejores sean sus condiciones laborales, sociales y económicas, mejor podrá desarrollar su labor, una labor de la que todos nos beneficiamos, que nos enriquece cada día. Ése ha sido el objetivo que nos ha movido al desarrollar este estudio: el compromiso y el respeto por el trabajo de nuestros artistas.