De sensibilidad y de códigos
Spok Brillor llega a la Galería Kreisler, comisariado por Ink and Movement, para presentar sus últimos trabajos, en los que se aprecia la influencia de las nuevas tecnologías, artistas como Vermeer y Hopper o el graffiti de los 90.
“400 ISO” es el título de la primera exposición individual que el artista Spok Brillor presenta en la galería Kreisler de Madrid. Fundada en 1965, esta última es una de las galerías más longevas de la ciudad, con un posicionamiento reconocido dentro del sistema del arte y una larga experiencia en la organización de exposiciones en colaboración con otras galerías y museos. Comisariada por Ink and Movement, la muestra se podrá ver hasta el próximo 3 de octubre.
Nacido en Madrid, Spok Brillor no duda en definirse hoy en día como un pintor. Su formación artística empezó en los años noventa como autor de graffiti en la calle, llegando a convertirse con el tiempo en una de las principales referencias del arte urbano español. Paralelamente estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense y empezó a experimentar con distintos materiales y soportes creativos, trabajando tanto con galerías como para grandes marcas comerciales y agencias de publicidad. Sin renegar sus orígenes underground, por los cuales, al contario, siente nostalgia, el artista madrileño lleva más de dos décadas desarrollando su peculiar estilo creativo a través de una referencia constante al contexto urbano, a sus espacios y a sus formas expresivas. Como afirma el mismo, en la entrevista que presentamos a continuación, a propósito de sus intereses artísticos y culturales actuales: "Realmente, lo que más me interesa es cómo evoluciona el mundo del graffiti dentro del mundo del arte".
Además de una citación imprescindible del street art y su universo simbólico, en el trabajo de Spok Brillor confluye también un amor abierto por la tradición pictórica de grandes maestros como Johannes Vermeer, Edward Hopper o John Martin entre muchos otros. Así mismo, su personal visión e interpretación de la ciudad genera “imágenes sensoriales” (como él mismo las define) y obras oníricas en las que refleja inevitablemente la omnipresencia, en el mundo actual, de Internet y las herramientas de manipulación digital de la imágenes.
En la entrevista que va a continuación hablamos con él de todo esto y mucho más, como el arte (o no arte) callejero que se hacía hace veinte o treinta años, su relación con el mercado y el establishment del arte o los códigos encriptados que sólo unos pocos elegidos serán capaces de descifrar viendo esta exposición.
A propósito de tu trabajo, afirmas: "Tanto mis murales como mis pinturas son producto de un diálogo interno con el espacio urbano y la nostalgia por el graffiti primigenio". ¿Echas de menos el arte urbano que se hacía en los años ochenta y noventa?
¡En los 80 y 90 no existía tal arte urbano! Había graffiti hecho con mucho talento y pocos medios. Miro con nostalgia todos esos años de diversión y construcción de nuestra sociedad secreta juvenil...
¿Cómo ha evolucionado tu obra a lo largo de tu trayectoria?
Más que una evolución yo lo veo como una expansión horizontal, voy siempre añadiendo aristas al poliedro, antes sólo era pintura y de repente te ves haciendo performance, vídeo, esculturas o reciclando neones. Lo que he ido mejorando con el tiempo es la paciencia y últimamente, así como novedad, la disciplina en el trabajo.
¿Qué es lo que más te interesa hoy en día, a nivel artístico?
Con lo que más flipo últimamente es con Internet, así, en general, como agente cultural. Después, en el apartado de eventos físicos, me tiene fascinado lo que sucede en Wynwood (Miami) el primer fin de semana de diciembre con las ferias de arte. Sé que no puedo ser objetivo por verlo desde dentro, pero realmente, lo que más me interesa es cómo evoluciona el mundo del graffiti dentro del mundo del arte.
¿Qué vamos a ver en la exposición "400 ISO", que presentas en la galería Kreisler de Madrid?
Es mi última propuesta, en la que se contraponen varios mundos; por un lado está la pintura nocturna, paisajes urbanos de corte fotorrealista pero con un toque más cercano a los renders de 3D. Después las piezas tridimensionales con neones reciclados, que contrastan por material y por colorido con las pinturas. Luego está la pieza que vertebra la exposición con el plano del metro intervenido con parte de mi historia y sus protagonistas.
¿Qué significa para ti presentar tu exposición individual en la galería más antigua de Madrid y una de las más prestigiosas de España?
Parece la típica historia de superación y logros cumplidos. Cuando estudiaba Bellas Artes era una de las galerías a las que siempre iba y fantaseaba con un futuro como artista.
¿Cuál es tu relación con el sistema del arte y el mercado? ¿Ha cambiado con el tiempo?
Estoy bastante fuera del sistema del arte y del mercado, al menos del sistema por el que se mide cualquier artista "no street". Lo nuestro discurre por senderos paralelos y aún genera desconfianza y suspicacias entre el establishment, lo cual me parece hasta bien. Tal como muchos lo vemos, ninguna corriente desde las vanguardias ha durado tanto tiempo, en constante evolución y manteniendo el interés del público. Es, desde luego, el sino de nuestro tiempo, más cercano a la sociedad del espectáculo.
En el texto “El espectro erótico de la ciudad”, que escribió para esta exposición Daniel Muñoz detecta en tu obra la referencia a dos maestros de la historia de la pintura, Johannes Vermeer y Edward Hopper. En la obra “Duelo”, en cambio, haces un guiño explícito a Maurits Cornelis Escher. ¿Cuáles han sido en el pasado y cuáles son actualmente tus referencias artísticas más importantes, no sólo en la pintura?
De las exposiciones que más me impactaron en la época de estudiante fue la de Vermeer de en el Prado, luego la de John Martin en la TATE Britain me alucinó bastante más recientemente. Es imposible enumerar todas las referencias que conforman tu ideario, hoy por hoy el mejor ejemplo que puedo dar son las cuentas que sigo en Instagram, va aumentando y se puede consultar en cualquier momento.
¿Cómo definirías lo que haces? ¿Te consideras un pintor?
Sin duda soy pintor.
El título de la exposición se podría interpretar como una alusión a la relación de amor y odio que existe, desde siempre, entre la pintura y la fotografía. Hablar de ISO (uno de los tres lados del triángulo de la exposición en fotografía) podría implicar hablar de sensibilidad fotográfica, de ruido, de construcción de las imágenes y de la dialéctica entre la realidad y la ficción. En el texto que ya he mencionado arriba, Muñoz define las experiencias visuales que representas en tus obras como “'alucinaciones' que la ciudad ofrece, pero que ninguna cámara fotográfica puede captar". ¿Quiere decir esto que para ti la pintura tiene un potencial expresivo mayor que la fotografía?
Quiere decir que a través de la manipulación de la imagen puedes llegar a acercarte a tus ensoñaciones y a las imágenes sensoriales que se producen en tu cabeza; cada uno utiliza sus medios para intentar sacarlas, yo elegí la pintura. “400 ISO” habla de sensibilidad y de códigos; alguno de esos códigos son un guiño a los grafiteros de mi época, aquellos de la sociedad secreta que construimos, ¡sólo ellos lo descifrarán!
¿Puedes adelantarnos algo de tus próximos proyectos?
Voy a desarrollar un poco más el tema neón, ¡manteneos conectados!