Poesía de premio
Poeta, editora y agitadora literaria, la madrileña Nares Montero acaba de ganar el accésit del IX Premio de Poesía Joven “Pablo García Baena” con "Abejas en las lindes" (La Bella Varsovia, 2017), además de seguir al frente de Ediciones Deliciosas y del ciclo de lecturas "La Habitación de las Mujeres".
Nares Montero (Madrid, 1982) saltaba al mundo de la poesía con los poemarios Te llamaré delirio (Bubok, 2009), Papel fotográfico (Edición de autor, 2010) y Para enfrentar batallas que me alejen (Ruleta Rusa Ediciones, 2015). Mucho ha llovido desde entonces; ahora, además de ser la editora de Ediciones Deliciosas, una editorial artesanal de libros de autor donde Nares desarrolla su faceta más artística, y de seguir con el proyecto "La habitación de las mujeres", un ciclo mensual de lecturas para visibilizar la poesía escrita por mujeres, ha ganado el accésit del IX Premio de Poesía Joven “Pablo García Baena” con Abejas en las lindes (La Bella Varsovia, 2017) un poemario sobre el dolor, la infancia y el aprendizaje vital.
¿Qué es "Abejas en las lindes"? ¿Por qué “Un libro balsámico”?
"Abejas en las lindes" es un mapa. Un mapa de recuerdos. Es el conocimiento del espacio propio -el dado y el que ocupas- y el reconocimiento de las creencias que te han construido. De ahí que pueda utilizarse como bálsamo, el reconocimiento de la herida es el primer paso para curarla.
¿Qué significa el accésit del IX Premio de Poesía Joven “Pablo García Baena” más allá de publicar con La Bella Varsovia? ¿Una confirmación, un alivio, una responsabilidad?
Yo diría que este accésit es, primero de todo, una responsabilidad, pero también un orgullo y un premio al que estoy tremendamente agradecida. Responsabilidad por estar en un catálogo como el de La Bella Varsovia, diverso, emocionante y lleno de talento. Orgullo porque admiro a las componentes del jurado del premio y es un honor que hayan creído que "Abejas en las lindes" se merece estar publicado para que llegue a la gente. También orgullo por la transparencia con la que se gestionó el premio. Lo habitual es que hagas copias del manuscrito como si no hubiera un mañana y reces porque llegue al premio tal y, luego, ya te enterarás si has ganado o no cuando se anuncie meses después. En este caso fue muy distinto. No sólo porque no hizo falta imprimir ejemplares -podías subir el archivo y los datos a la web de manera fácil, anónima y mucho más ecológica- sino también porque a través de la web del premio se daba toda la información sobre el número de ejemplares presentados, en qué situación estaba el proceso de selección e incluso la deliberación fue en directo a través de Twitter. Eso genera una confianza que otros premios no dan. Que se reconozca tu trabajo bajo estas premisas es para estar muy agradecida y motiva para seguir adelante.
¿Cómo ha sido el proceso de publicación con LBV?
Para mí ha sido un proceso muy enriquecedor. Me he sentido muy acompañada por Elena, la editora, que ha tenido un trato muy profesional y cercano. Supongo que es lo que esperas que pase cuando editas un libro. En lo personal, además, he ejercitado la paciencia y el autocontrol, cosa que me ha venido muy bien. A las cosas hay que darles el tiempo de ser de la mejor manera posible y LBV me lo ha puesto muy fácil.
¿Qué esperas del libro? ¿Adónde te gustaría que llegue?
Espero que sea un traje que se pueda y se quiera poner mucha gente por un ratito. Espero que quien lo toque note que está vivo y no se asuste. Espero que pueda ayudar a alguien. A donde llegue ya sólo depende de quien lo lea.
¿Qué es Ediciones Deliciosas? ¿Cuál es el origen de este nombre?
Ediciones Deliciosas es casi todo lo que hago cuando no escribo. Son libros artesanales, collages, ilustraciones, recitales, lecturas, talleres. Es un proyecto aún en construcción, con muchas ganas, con mucha vida y su propio ritmo. El origen del nombre es el de una casa que fue hogar de mucha gente creativa. Estaba en el Paseo de las Delicias y la llamábamos Casa Deliciosa. Ahí empecé a hacer cuadernos a mano, mientras pintaba, grabábamos vídeos o montábamos cenas improvisadas. Siempre pasaba algo en esa casa, siempre había alguien nuevo y conversaciones maravillosas.
En una ocasión me invitaron a una feria en la Plaza de la Cebada y se me ocurrió encuadernar un par de proyectos que eran demasiado breves para un poemario al uso, pero perfectos para hacer de ellos ejemplares únicos. Después de eso, y como la idea había gustado, se me ocurrió publicar a otras autoras con ese mismo formato y ese fue el inicio de Ediciones Deliciosas. Va poquito a poco, paso a paso, porque todo lo hago sola y dependo de cómo esté mi cuerpo. Tengo fibromialgia y Ediciones Deliciosas es un trabajo que estoy creando a mi medida, no hay guías para eso.
Entonces, ¿la edición artesanal es una elección o una necesidad?
Pues un poco de las dos. Yo siento la necesidad de comunicarme a través de más de un sentido, con los objetos y con las personas. Trabajar de manera artesanal da una satisfacción que no encuentro de otra manera, escoger cada elemento, gráfico y físico, zambullirme en el texto con cada nuevo ejemplar, dejar que me cuente mucho más de lo que aparenta… Parte de una necesidad personal pero se convierte en cómo elijo dar y mostrar piezas que de otra manera seguramente estarían ocultas, guardadas en un cajón.
¿Qué hay en "La habitación de las mujeres"?
"La habitación de las mujeres" fue la primera plaquette que edité en Ediciones Deliciosas. Se trata de un conjunto de poemas breves que escribí después de leer "Un cuarto propio" de Virginia Woolf, y que están inspirados en 8 autoras que para mí son referenciales. Después de eso el cuerpo me pedía más y "La habitación de las mujeres" se convirtió en un ciclo de lecturas de cuatro sesiones en el que a través de la excusa de los parentescos, para generar una genealogía, escogí poemas de mujeres de todas las épocas y lugares. Así la primera sesión se llamaba "Abuelas Pioneras" e incluía textos desde el siglo X en la península ibérica, hasta la generación del 27; la segunda era "Madres Maestras" y reunía poetas españolas vivas nacidas hasta los años 60, la tercera, Primas Extranjeras, fue una selección de mujeres poetas de todo el mundo a lo largo de la historia; y en la última sesión, "Hijas Herederas", escogí algunos de mis poemas favoritos de compañeras de mi generación y más jóvenes. Después de este primer ciclo empecé a dibujar a autoras porque me sorprendí mucho de no conocer sus caras. Y el último paso que ha dado este proyecto es ser un ciclo mensual que se celebra cada último fin de semana de mes en el bar librería Vergüenza Ajena, donde en cada sesión viene alguien implicado con la poesía a regalarnos su propia selección de poemas escritos por mujeres.
"La habitación de las mujeres" es un espacio creado para dar visibilidad a quien no la ha tenido antes. Imaginad cuántxs caben ahí.
Estás muy relacionada con el feminismo. ¿Cómo ves a las mujeres en la escena poética madrileña?
Aparentemente es un buen momento. Tengo la sensación de que se están publicando y reeditando a más mujeres poetas. Hay proyectos interesantísimos y cada vez más editoriales que rescatan la obra de poetas olvidadas. Todo eso hay que celebrarlo, pero aún queda mucho trabajo. Las mujeres seguimos fuera del canon. Es apabullante la ausencia de hombres, interesados per sé en la poesía, en los recitales y eventos que visibilizan la obra de autoras. Por no hablar del ejemplo que dan las instituciones como la Real Academia al otorgar sillones, y algunos de sus bates con sus artículos vintages.
En cuanto a nosotras, aún nos queda perfeccionar eso tan bonito que es la sororidad y confiar en que podemos hacer las cosas de otra manera, a nuestra manera, que los cauces habituales a veces esconden trampas.
Y con la visión tan amplia que te confiere ser escritora, editora, organizadora de eventos literarios... ¿Cómo ves la escena poética madrileña en general?
La escena poética está que bulle. Vivimos un momento muy dulce en muchos sentidos. Hay propuestas diversas, festivales, lecturas, ferias. Si te interesa un poco la poesía en estos momentos hay más oferta de la que había habido nunca. Y eso es algo de lo que nos tenemos que sentir muy orgullosos todxs lxs que trabajamos en esto. Porque más allá de dimes y diretes, grupúsculos o modas, la escena poética madrileña la levantamos entre muchxs. Quizá sería bueno que nos sintiéramos más gremio, más unidos y que el éxito de unos no sea el arma arrojadiza de los otros. Como en todo, aún queda mucho por hacer, pero creo que vivimos un momento excepcional para dar a conocer lo excitante y maravilloso de la poesía. Lo que tanto tiempo se han encargado en ocultar o convertir en aburrido, resurge y se celebra a diario en Madrid en bares, ferias y eventos, gracias al trabajo de muchos soñadores.
Sobre la polémica del año, ¿crees que hay una burbuja poética en España? Y, si la hay, ¿eso es necesariamente malo?
Creo que hay muchas burbujas poéticas, unas más grandes que otras, unas nuevas y otras muy antiguas. Creo que en el mundillo poético es muy fácil ver peligrar tu status por las razones más banales. El asunto tiene dos frentes: la batalla lingüística sobre qué es y qué no es poesía, y la lucha por un nicho de mercado. No puedo saber si es malo o no es malo, sólo si es algo que me concierne o no. Desde mi punto de vista el mercantilismo y la poesía no son la misma cosa.
Por último, recomiéndanos un libro o una escritora o una editorial nacida en Madrid o que hable de Madrid.
"Por este suelo a piel" (Tigres de Papel, 2016). Un poemario que se sujeta en el triple filtro socrático: verdad, utilidad y belleza; para hablarnos del lenguaje, la injusticia y la filosofía. Un magnífico primer poemario de la madrileña Diana García Bujarrabal que es una delicia leer.