Sala Nómada, pedaleos llenos de arte
La Sala Nómada es un proyecto expositivo itinerante en el sentido más literal de esta palabra. Utilizando como soporte dos bicicletas, las obras de más de veinte artistas se pueden ver y adquirir en plena calle.
Andrés Montes y Laura Flores pedalean. Ambos son artistas plásticos de profesión y nacidos en Guadalajara, de México y de España. Y tienen una galería de arte móvil que viaja sobre bicicletas. Cuando se instalan, despliegan una caja y una maleta de donde van apareciendo láminas ilustradas, grabados, xilografías, pinturas, parches para la ropa o pequeñas esculturas a modo de tenderete y de exhibición.
La Sala nómada nace por un primer interés de Andrés por los pedales, cuando decide comprar una bici antigua, y aparece sin quererlo esta grande y roja. Además, él es el actual gerente del Espacio Naranjo así que la idea de crear un escaparate de arte móvil le surge de forma natural, cuando va construyendo una caja que servirá de trasportín de las obras. En el transcurso de todo, conoce a Laura, compartiendo afición, profesión y gentilicio. Y desde hace siete meses los dos amigos recorren “a piñón”, tal como dice su eslogan, calles y redes sociales, cada vez con más asiduos y seguidores. Esta es una galería que permite mirar, comprar y/o conocer de cerca el arte que se está haciendo actualmente en la ciudad, convirtiéndolo en accesible y confirmando con todo que la cultura no necesita de espacios físicos, sino de voluntades.
Todas las semanas, de jueves a domingo, y si las condiciones meteorológicas no alertan de lluvia o viento, se cposicionan cerca de las galerías de Doctor Fourquet, en la plaza del Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía, en las inmediaciones del Caixa Fórum o en espacios aún más transitados, como el Rastro. En cuanto hay un evento cultural, como en la reciente feria ARCO o el pasado enero, en el Encuentro Internacional de Gestión Cultural, Pública 17, allí está su bici roja. Y, a partir de ahora, también la plateada porque ¡la Sala Nómada crece! Acaban de estrenar una segunda bici plateada que lleva sujeta una maleta, donde se exponen las obras de formato más grande, las que alcanzan el tamaño de A3.
Una vez instaladas las bicis y sus soportes, inician un intercambio de flyers y palabras alegres sobre su proyecto con las personas que pasan o se acercan curiosas. Ambos utilizan el diálogo como herramienta fundamental de este expositor itinerante, ya que ellos son embajadores de los artistas a los que transportan, y están convencidos del poder de la calle, no solo como útil reclamo para este tipo de iniciativas sino como una actividad necesaria, la de generar conversaciones, en este caso en torno al arte, que se desarrollan de forma distendida, amable, divertida y, sobre todo, cercana.
En cuanto a la colección de obras expuestas, algunos de los artistas han sido seleccionados ex profeso, pero otros han ido surgiendo de forma más espontánea, ya que tal como dice Laura, el principal requisito es que la obra encaje con el formato y proyecto, y que “haya buena vibra”, añade Andrés. Así que están siempre abiertos a sugerencias. Actualmente representan un total de 21 artistas, aunque la cartera va creciendo. Todos los artistas trabajan en Madrid pero ya ven sus obras expandirse. De hecho, su primera venta, una obra del Señor Mu, se fue directamente a Dinamarca. Muchos de los artistas se comprometieron inmediatamente con la idea y fueron ellos los primeros apoyos para animarse a salir a la calle. De forma reciente, han inaugurado una página web que sirve como escaparate digital ofertando la posibilidad de comprar piezas de mayor formato.
Su éxito radica en una idea clara: la cercanía con que llegan a la gente, la variedad de obras y la calidad de las mismas, que no impide que haya precios muy asequibles. De este modo logran que una persona “pueda comprar la obra de la que se ha enamorado sin que tenga que ahorrar para comprar una original", como cuenta Laura. Todas las piezas se acompañan con una pequeña reseña sobre el artista y su statement, de tal forma que la persona que lo compra, siente que conoce más a quien la ha realizado.
Cuando enseñan las obras al público, tratan de buscar una conexión entre la persona que compra y la obra. "Muchas veces los artistas tienden a guardar empolvadas muchas de sus creaciones y esta galería permite que las obras salgan fuera", comenta Laura. Ella también entiende que el arte no se puede “no hacer”, que es una necesidad, y permite a la gente meterse en la cabeza de ese creador.
Andrés cree que este tipo de proyectos logra un impacto en todos los ámbitos del arte, ya que la galería móvil está validando los trabajos de muchos otros artistas al generar un interés global por el arte y una curiosidad a un público ajeno a este tipo de exposiciones. De hecho, algunos artistas exhiben sus obras en otros espacios físicos pero también han decidido adaptar alguna de sus obras a esta galería itinerante por el interés que suscita el proyecto, como es el caso de Javier Pérez Aranda.
Igual de orgánico que todo el proceso anterior, su viaje empieza a expandirse. Ya han realizado intervenciones en la ciudad de Segovia o en localidades de la provincia de Madrid; pronto se van de gira por Galicia, invitados por la fotógrafa Helena Ayape, y después a Grecia, donde pretenden construir una réplica de la Sala Nómada con motivo de la primera Documenta14 (la reconocida muestra de arte contemporáneo) que se va a realizar en la capital griega. Y desde más lejos, también les buscan; en Argentina ya les han pedido asesoría para construir un modelo similar de galería y los espectadores de la BBC pueden ver un reportaje de su experimento, gracias a una entrevista que concedieron a la televisión inglesa. Una nueva forma de entender el arte y de convertirlo en parte de la ciudadanía, gracias sin duda a su intrínseca movilidad.