Lecturas navideñas
5 traductores recomiendan lecturas para navidades
Pasan desapercibidos a menudo, pero sin su trabajo nuestro universo literario se vería reducido. Cinco traductores recomiendan libros para leer y regalar estas fiestas, y nosotros les vamos a hacer caso.
El oficio de traducir es, más que a menudo, como el de los ayudantes de Papá Noel: invisible. Por eso quiero aprovechar estas señaladas fechas de consumo desenfrenado para pedirles inspiración en forma de libros a cinco jóvenes traductores. Como manda su profesión, nos traen libros que originalmente estaban escritos en lenguas extranjeras, pero que gracias a gente como ellos existen en castellano. El flamante ganador del Premio Nacional de Traducción, Ramón Buenaventura, nos recuerda que traducir es una forma profunda de leer. Confiemos pues en las recomendaciones de quienes se dedican profesionalmente a leer para que los demás también podamos hacerlo.
ELIA MAQUEDA, POESÍA
A Elia Maqueda seguro que la habéis visto sobre el escenario de alguna sala madrileña con Agnes y Espíritu Santo. Donde no la habréis visto (o eso espero, que vaya miedo si no) es en su escritorio, traduciendo del inglés, francés, italiano y portugués, pero eso también lo hace. Elia siempre dice que no hace falta ser poeta para traducir poesía, pero admite que la recomendación que nos trae le hace cuestionarse sus palabras.
Se trata de El pulso de la luz, una edición de poemas de Lawrence Ferlinghetti traducidos y seleccionados por Antonio Rómar. «Antonio, que ante todo es un gran poeta, ha hecho un trabajo titánico e impecable» dice Elia, y añade que «Ferlinghetti es el último beatnik vivito y coleando y es bastante guay leerlo sabiendo que sigue ahí, al otro lado del charco, con su librería y su barba blanca y sus calcetines de colorinchis».
El pulso de la luz lo edita Salto de Página. Tiene más de 400 páginas, así que la noche de reyes conviene dejar fuera un par de zapatos grandes, que por espacio no sea.
ESTHER CRUZ SANTAELLA, CÓMIC
Esther Cruz es una de Las Cuatro de Syldavia, un proyecto de traducción de cómic a ocho manos con Julia Osuna Aguilar, Laura Salas Rodríguez y Regina López Muñoz. Esther traduce del alemán, el inglés y el griego moderno.
A continuación, sus recomendaciones:
Hechizo total, de Simon Hanselmann, traducido por Alberto Gª Marcos y César Sánchez (Fulgencio Pimentel), varias historias que hacen reír muchísimo y llorar un poco, como la vida misma (¿o era al revés?)
Fabricar historias, de Chris Ware, traducido por Rocío de la Maya y Julia Osuna (Reservoir Books). Esta caja llena de varias historias que son parte de un todo, resulta especialmente atractiva para regalar y regalarse. En palabras de Esther «supone un antes y un después en la evolución de la novela gráfica, estética y narrativamente, y (aunque eso suene muy manido) es una historia que podría ser la de cualquiera».
El Nao de Brown, de Glyn Dillon, traducido por David Paradela (Norma editorial). De este libro Esther destaca la manera de narrar ciertos universos interiores y el uso del color y el dibujo.
SARA CANO, INFANTIL Y JUVENIL
Sara Cano escribe sus cosas y traduce las de otros. Es autora de La Guerra de 6ºA, una saga gamberrísima que va por su tercera entrega, y traduce del inglés, el francés y el italiano.
Las vacaciones son un muy buen momento para leer, y los niños tienen muchas. Sara nos recomienda varios libros de fantasía protagonizados por niñas. Dos los ha traducido ella misma: La Academia, de Amelia Drake (Siruela) y Julia desaparece, de Catherine Egan (Alfaguara). El tercero, Una llama entre cenizas, de Sabaa Tahir, corre a cargo de Pilar Ramírez Tello, y lo edita Montena.
En la lista también hay un libro de ciencia ficción, Illuminae de Amie Kaufman y Jay Kristoff, traducido por Julio Hermoso para Alfaguara, y libros que exploran la madurez de la infancia y las emociones. El primero es George, de Alex Gino, que cuenta la historia de una niña transexual que consigue vencer los prejuicios y mostrarse tal y como es. El segundo, Un monstruo viene a verme, de Patrick Ness, porque nunca es pronto para decir por primera vez eso de «es mucho mejor el libro que la película». La traducción de George corre a cargo de Noemí Sobregués para Nube de Tinta, y la de Un monstruo viene a verme, de Carlos Jiménez Arribas para la misma editorial.
PAULA AGUIRIANO AIZPURUA, NARRATIVA
A Paula Aguiriano le gusta leer. Tanto que desde hace años se atreve a hacerlo en alemán, idioma del que ha traducido títulos como Del caminar sobre hielo, de Werner Herzog o La musa oscura de Armin Öhri.
Paula nos recomienda tres libros. El primero, que leyó por primera vez en la universidad, es Océano mar, de Alessandro Baricco en traducción de Xavier González Rovira y Carlos Gumpert (Anagrama). «Es una novela pero son como varios cuentos ambientados en un espacio y tiempo indefinido, inundados por un mar omnipresente, a la cantábrica, frío, agitado, majestuoso», dice Paula, que es donostiarra y sabe de lo que habla.
El segundo es Tú no eres como otras madres, de Angelika Schrobsdorff, en traducción de Richard Gross (una colaboración de Periférica y Errata Naturae). Pertenece a la categoría de relato con base real y se ha comparado con Suite francesa, de Irène Némirovsky.
Por último tenemos Sueños en tiempos de guerra, del eterno candidato al Nobel Ngũgĩ wa Thiong’o. Escrito originalmente en inglés y traducido por Rita da Costa para Rayo Verde, «una editorial que, por lo que sé, cuida muy bien de sus traductores». Sueños en tiempos de guerra es en realidad un ensayo en primera persona, que enlaza con la siguiente categoría.
PABLO MOÍÑO SÁNCHEZ, BIOGRAFÍA
Pablo Moíño es traductor de lo que parece imposible. Esto, por supuesto, no lo dice él, que es un tipo humilde, pero ha traducido a autores como Georges Perec o Raymond Queneau. Recientemente ha cotraducido Es un oficio de hombres (autorretratos de hombres y mujeres en reposo) del grupo Oulipo, con su, casi del todo tocayo, Pablo Martín Sánchez para Uña Rota.
Como lo que él mismo traduce, nos recomienda un libro que no se puede encajar en una única categoría: Vidas Imaginarias de Marcel Schwob.
Pablo me cuenta que hace ahora seis años leyó y releyó las Vidas imaginarias de Marcel Schwob en la traducción de Josep Elías (Bruguera). Lo leía en el metro, de camino a unas clases, y aunque le habría dado tiempo a leer dos vidas a la ida y otras dos a la vuelta, solía acabar leyendo una sola varias veces, para luchar contra el vicio que tienen los libros buenos de terminarse demasiado rápido.
Hace poco le regalaron por su cumpleaños los Cuentos completos de Schwob, en traducción de Mauro Armiño (Páginas de Espuma) y ahora en vez de un libro para leer y releer tiene dos, que parecerán el mismo, pero no lo son.
Todos los relatos de Vidas imaginarias tienen carácter biográfico. Los protagonistas son reales, pero los hechos que se narran no tienen por qué serlo. Cito a Pablo, que lo explica mejor que yo: «Sus vidas tienen el mismo interés unas que otras, sea conocido o no su personaje y sea verdad o no lo que cuenta, y esa fuerza que sostiene la cosa es la diferencia entre un escritor que respeta su trabajo y a sus lectores y otro que no».