El día que Alfred Hitchcock visitó Madrid
En 1956 Alfred Hitchcock visitó Madrid, pero apenas hay información sobre su paso por la ciudad. Recreando el ambiente madrileño de mediados de los 50, especulamos sobre los motivos que trajeron al famoso director hasta la capital.
El 27 de junio de 1956, Alfred Hitchcock estaba en Madrid. Qué hacía aquí es un misterio, tal vez uno de sus famosos Macguffins, porque lo único que se sabe con certeza del asunto es eso: que Hitchcock visitó Madrid en 1956, el último miércoles de junio. Lo dice el ABC. En la página número cuarenta y ocho del periódico de ese día aparece el siguiente titular: _"Ha llegado a Madrid el director de películas Alfred Hitchcock". Luego, debajo de la crónica de unos festivales granadinos, puede leerse la siguiente nota: "Ha llegado a Madrid el gran director cinematográfico Alfred Hitchcock, a quien se llama el rey del suspense. Tiene cincuenta y siete años, nació en Londres y fue, sucesivamente, caricaturista, pintor, guionista, ayudante de dirección y decorador. Entre sus realizaciones más célebres en el séptimo arte cuentan: 'Treinta y nueve escalones', 'El agente secreto', 'Posada Jamaica', 'Rebeca', 'Sospecha', 'La sombra de una duda', 'Naúfragos', 'Yo confieso', y 'La ventana indiscreta'. Este año presentó en el Festival Internacional de Cannes su segunda versión de 'El hombre que sabía demasiado', con la que debió obtener el galardón al mejor director, que le fue otorgado al de la película rusa 'Otelo'. Pero Alfred Hitchcock está por encima de cuantos premios y distinciones pudieran concedérsele”.
Y nada más. Nada tampoco en el periódico del día siguiente, donde uno esperaría encontrar el reportaje de alguna fastuosa recepción a Hitchcock, pero al parecer la pomada madrileña estaba demasiado ocupada rindiendo pleitesía al Princípe Norodom Sihanouk de Camboya, de visita también esos días en Madrid. Y aunque en la sección de sucesos pueden encontrarse algunas noticias que recuerdan a sus películas ("Detención de una sirvienta", "Autor de un robo en el Museo Romántico" o "Robo de diecinueve relojes"), el rastro del director de cine se pierde al volver esa misteriosa página número cuarenta y ocho.
Pero tomémonos por un momento esta cuestión en serio, igual que harían los detectives que ese mismo día anunciaban sus servicios en los clasificados del periódico. ¿Qué hacía Hitchcock en Madrid el verano de 1956? Leyendo una de sus biografías, resulta que en junio de ese año el director acababa de emprender un viaje para encontrar las localizaciones de la que iba a ser su próxima película, "Flamingo Feather", una historia de espías ambientada en Sudáfrica. Desde Nueva York, Hitchcock viajó con su mujer, Alma Reville, y dos productores a Londres. Allí se entrevistaron con el autor de la novela en que se inspiraría la película, y luego el matrimonio voló a Madrid mientras la pareja de productores buscaba financiación en Cannes.
¿Tenía Hitchcock la intención de rodar alguna escena en nuestra ciudad? Después de dejar Madrid, Hitchcock y Alma se reunieron en Roma con los productores para entrevistarse con Cary Grant, al que barajaban para el papel protagonista, por lo que no es descabellado pensar que los motivos del viaje a la capital española guardaban también relación con la pre-producción de “Flamingo Feather”. Sin embargo, la película no llegó a rodarse nunca. Grace Kelly, que iba a ser la protagonista femenina, acababa de casarse con Rainiero de Mónaco dejando para siempre el cine y, de todos modos, el rodaje en Sudáfrica presentaba demasiadas complicaciones, de manera que la duda de si Hitchcock tuvo la intención o no de grabar alguna escena en Madrid seguirá sin despejarse.
También cabe que el director simplemente viniera a Madrid para hacer turismo con su mujer. Esos días Celia Gámez protagonizaba una revista en el Teatro Maravillas, y quizá el matrimonio Hitchcock disfrutó del espectáculo. En el cine Rialto proyectaban “Luces de la ciudad”, de Chaplin. ¿Dónde cenaron luego? Puede que en Quinta Avenida, un restaurante de la Gran Vía que, según el ABC, acababa de inaugurar un servicio frigorífico de marisquería, y que estaba publicitado por todas partes. Los imaginamos alojados esa noche en el Palace, y de visita en el Prado antes de volar a Roma, donde más tarde se embarcarían rumbo al continente africano para rodar una película que no existió nunca. Pero esto es ya especular demasiado, y puestos a fantasear es mejor pensar en "Flamingo Feather", que quién sabe si no iba a abrirse con una escena de espionaje en el edificio Telefónica, el más hitchcockiano de Madrid. En una de las plantas de este rascacielos, sesenta años después de su visita, acaba de inaugurarse una exposición dedicada al cine que nos dejó el genial director.