Los collages pictóricos de Martinho Costa
La galería Silvestre estrena nuevo espacio con esta individual del artista Martinho Costa, cuya obra nace en lo digital para desarrollarse en pintura. La exposición titulada "Terra de Sombra Queimada" se podrá visitar hasta el 28 de octubre.
El proyecto de la galería Silvestre nace hace tres años, repartido en dos sedes –Tarragona y Madrid–, con una hoja de ruta muy definida: mostrar obra pictórica y, concretamente, figurativa. Con el tiempo, esta línea se ha flexibilizado, acogiendo otros medios como la fotografía o la escultura, aunque la pintura sigue siendo la gran protagonista. Después de tres temporadas a caballo entre las dos galerías, Pep Antón y Vanessa H. Sánchez, han decidido centrarse en Madrid y apostar por un espacio más grande. Para arrancar temporada y estrenar sala -en la concurrida calle de Doctor Fourquet– han escogido al pintor portugués Martinho Costa quien nos sorprende con un procedimiento de trabajo alejado de las dos individuales previas en la galería.
Martinho, nos cuenta el galerista Pep Antón, es un pintor joven, pero con una trayectoria muy potente que queda reflejada en su pintura, tanto a nivel conceptual como estilístico. Su punto de partida son siempre las imágenes gráficas, a partir de las cuales inicia toda su investigación. Las fuentes son variadas: internet, sus propias fotografías de la calle, hemerotecas...
Si echamos la vista atrás y nos fijamos en sus producciones anteriores, enseguida se detecta la fascinación de este artista por la cotidianidad de los objetos y las acciones diarias. Sus pinturas son una colección de imágenes encontradas o vividas: algunas le pertenecen y otras no. Entre estas últimas se encuentran las pertenecientes a la serie "El diario de Robert Stern", basadas en un conjunto de fotografías sacadas directamente de internet y de las que el artista se apropia para narrar la vida de un hombre: Robert Stern. Este personaje real, vive en Quakertown, Pensilvania, E.U.A., y se dedica a hacer fotografías constantemente de su entorno cotidiano y a compartirlas en la red social Flickr, generando un archivo digital de miles de imágenes. Martinho Costa rescata algunas de ellas y las muestra a modo de documentalismo pictórico; sin embargo, aunque busquen constituir una representación realista de la existencia, su pincelada suelta está muy cerca del expresionismo.
En el 2016, Silvestre_Tarragona acogía una serie que suponía un salto con respecto a su forma de hacer anterior y enlaza con la exposición actual. Se trata de "Baixas Frequências" (bajas frecuencias), en la que el artista parte de fotografías tomadas con el teléfono durante paseos nocturnos por la ciudad. En esta ocasión por primera vez, las pinturas no reproducen la fotografía original, sino que las imágenes se editan previamente en el ordenador "para provocar el silenciamiento de los materiales originales y poder traducirlos a la realidad de la pintura".
El trabajo que presenta en el nuevo espacio Silvestre, "Terra de Sombra Queimada", combina las imágenes recogidas de internet con la manipulación digital y el collage pictórico. El proceso de trabajo comienza con una inmersión en el espacio web en busca de material del que apropiarse. El tipo de elementos gráficos que selecciona son de lo más variado: arquitecturas, personas, naturaleza… En un mismo cuadro pueden convivir la figura de una nadadora, con motivos persas y fragmentos de mosaicos que nos remiten a las ciudades portuguesas.
Desde la pantalla, Martinho Costa manipula, hace y deshace las veces que sea necesario y cuando consigue la composición que buscaba, la lleva al lienzo con un trazo suelto y aparentemente libre. Se genera así cierta contradicción entre la manera de ejecutar y el motivo representado que el artista califica de expresionismo cínico: la pincelada nos hace pensar en la subjetividad plasmada en el lienzo, pero en realidad se trata de un proceso controlado y, en principio, impersonal. Costa anula la mano del yo creador a favor de una imagen totalmente ajena y predefinida que pertenece al acelerado mundo digital, en donde lo real y lo falso conviven a partes iguales. Su intención es dotar a estas imágenes transitorias de un tempo en el que poder reposar. "Cuando un artista crea una mancha de pintura sabe que ese color, en principio, será inmóvil. Y este gesto, aparentemente tan simple, se carga de una cada vez más profunda resistencia, convertida incluso en acto político".
La objetividad a través de la cual reproduce las imágenes del mundo digital se rompe por completo al llevar al combinarlas de una manera única y personal. Se trata de una hibridación, casi surrealista, en la que los espacios dejan de ser reconocibles y no existe ningún tipo de narratividad. El procedimiento mediante el cual integra las imágenes es más bien instintivo, sin embargo, la destreza en la composición y el uso del color no deja dudas sobre la impronta del artista.
Finalmente, la instalación pictórica central es una versión de una maqueta de un teatro de Lisboa cuyo color conecta directamente con el título de la exposición. "Terra de Sombra Queimada" es el nombre de un pigmento característico en la paleta de colores de Martinho Costa que ha tomado "porque le recuerda a la cultura mediterránea, origen de los patrones persas en los que se inspiran las obras de esta serie y de la azulejería tradicional a la que remiten muchas de sus pinturas".
El día 26 de octubre se realizará en la galería la presentación abierta de su próximo libro de apuntes pictóricos, una tirada de 100 ejemplares de los cuales los 20 primeros van acompañados de una pintura original.